MUDDY MANNY - El nombre de mi perro era Manny. Un hermoso Cockapoo crema que me dieron justo después de que mi mamá falleciera en 2008. Mi papá tenía 86 años en ese momento y estaba tan deprimido que no sabía qué hacer. Entonces, un día, mientras oraba, escuché a Dios decir: "Consigue un perro..." "¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿Un? ¡Hablas en serio! Así que ya sabes quién ganó... jajaja. Después de buscar un rato un amigo me dio a Manny. Estaba tan emocionada, pero mi papá estaba más emocionado de lo que jamás podría imaginar y ¡lo cambió para MEJOR inmediatamente! Bueno, un día llegué a casa y la puerta principal estaba abierta, eso significa que papá se quedó dormido con una olla en la estufa fumando la casa una vez más. Estaba muy, muy molesto, no porque casi incendiara la casa OTRA VEZ... sino por Manny. Con este terror en sus ojos, está explicando que estaba tratando de dejar salir el humo {antes de que yo llegara a casa} cuando Manny vio una ardilla... ¡TENGO QUE DECIR MÁS! Papá había estado buscando durante horas y estaba casi llorando. Dije... "Papá vete a la cama, todo estará bien. Lo encontraré y él subirá y empujará tu puerta para que sepas que está bien". Así que aquí voy... conduciendo por todo el vecindario cuadra tras cuadra. Una hora más tarde y 6 cuadras al otro lado de la calle principal, llegué a un callejón que está en un ángulo extraño. Hace 43 grados, por lo que la nieve se había derretido y en el lodo acuoso solo saltaba, rodaba y bailaba Manny me miraba como "Te tomó mucho tiempo encontrarme". Lo secuestraron ese día... jejeje y lo regañé mientras lo llevaba del auto al sótano para lavarlo con champú, enjuagarlo, secarlo y ¡lo envié arriba para ver a papá! ~RJ, CHICAGO